La "presión a toda la pista" es una estrategia defensiva en el baloncesto en la cual el equipo defensor aplica presión sobre el ataque en toda la cancha, desde una línea de fondo a la otra. Los jugadores defienden agresivamente a sus oponentes, tratando de interrumpir su avance y forzar pérdidas de balón. Esta táctica se caracteriza por su intensidad y requiere altos niveles de energía y trabajo en equipo para ser efectiva.